Cotter vive en una granja, la casa tiene muchos, muchos años. Creo que es de alrededor de 1830, y fue hospital en la guerra civil. Es muy linda como podrán ver “más después” en las fotos de Acción de Gracias.
Después de su casa fuimos al pueblo a comer en un restaurant bien típico, comimos Catfish and Fries, que es una de las comidas más típicas de acá. Según wordreference.com, Catfish es bagre. Yo no sabía que me gustaba tanto el bagre. Cada vez que puedo como.
Una de las cosas que más me gustó de Chicago, y quizás por comparar semejante ciudad con el pueblito donde vivo, es el transporte. Compramos una tarjeta que nos daba viajes ilimitados en subterráneo y buses por USD 20, que si bien en pesos es bastantito, para acá es nada. Y bien que la usamos. A cualquier lado que fueramos tomabamos un colectivo o un subte, o dos.
Lo primero que hicimos al llegar fue desayunar porque estabamos medio hambreados. Y no se nos ocurrió mejor cosa que ir a McDonalds! No les describo el desayuno porque si les describo cada cosa así no termino más. Lo que sí me llamó la atención es la cantidad de basura que mi desayuno produjo. Venía en una bandejita de poliestireno, con un potecito de syrup, con el vaso de plastico del café, todo en la bolsa de papel y los cubiertos de plastico. La cuestión que cuando terminé era una bolsa llena de basura por un mísero desayuno. Multiplicando eso por la cantidad de Chicagoans… no sé a dónde va tanta mugre.
Después del desayuno nos fuimos al hotel. O por lo menos eso intentamos. Los que hicieron los deberes con el blog sabrán que todo el viaje lo reservamos por internet, así que nosotros ya teníamos la reserva del hotel, sabíamos la dirección y todo pero encontrarlo, era otra cosa. No estábamos muy seguros de la estación de subte que teníamos que bajarnos, pero nos arriesgamos por una. Bajo la fina pero persistente lluvia nos dimos cuenta que la elección estaba errada. Así que (gracias a la tarjeta ilimitada) nos metimos de nuevo al subte y fuimos a la que sí era. Ahí caminamos unas tres o cuatro cuadras hasta el hotel. Por suerte llevé solamente un bolso chico y la injubilable mochila roja. Creo que ahora se merece un descanso. Un descanso eterno.
El hotel nos sorprendió favorablemente. Nos esperábamos una pocilga porque nos salió tan barato que era dificil creer que fuera algo bueno. Y sin embargo este hotel, que estaba re lejos del centro (25 kilometros) era mejor que el otro y hasta desayuno tenía. Tuvimos que pasar una noche lejos el centro porque la noche del sábado en el centro era muy cara.
Millenium Park
Una vez que nos acomodamos en el hotel, nos lavamos un poco y descansamos las patas, nos fuimos al centro. Seguía esa lluvia finita, pero por suerte y como verán en casi todas las fotos, me fui preparado con abrigo. Lo primero que visitamos fue el Millenium Park, que es un gran parque bien en el centro de la ciudad donde hay varias esculturas impresionantes, una pista de patinaje sobre hielo y un tipo de escenario al aire libre.
Esto que sigue es una escultura muy famosa que creo que se llama la nube, o algo así. No tengo muchas especificaciones técnicas como verán, pero era interesante.
Lo mejor del parque era este escenario. Como verán, muy original, muy futurístico. Y para la gente había un espacio como de dos manzanas, de pasto, cubiertos por una estructura con parlantes como para que haya sonido en todas partes. Creo que lo usan para conciertos gratis. Muy bueno.
Desde el parque se veían un montón de edificios, muchos creo que se pueden llamar rascacielos. Todos modernosos, mucho acero y vidrio, pero también hay otros que son más viejos pero todos muy lindos. Y muchas, muchas luces.
La noche
A esta altura ya se me confundieron las cosas que hicimos cada día y a dónde fuimos, pero más o menos lo que les cuente de una noche sirve para todas. Chicago es una ciudad muy organizada, bastante preparada para turistas, es muy fácil moverse y todo, pero lo mismo nos resultó difícil encontrar dónde estaba la gente a la noche. Creo que más que recibir gente para estos feriados, de Chicago se fue mucha gente a sus casas. Thanksgivings es un tiempo que mucha gente usa para visitar a sus familias, más que para hacer turismo, así que por momentos nos daba la sensación de estar en una ciudad un poco desierta.
La primer noche fuimos a un Irish Pub, (Pub Irlandés), lo que se repitió en otra noche. Estuvo muy bueno porque tenía precios como para nosotros, muchísima variedad de bebidas y también se podía comer. Cómo será que había cervezas que me gustaron. Hasta me saqué una foto para que vean. Es gracioso que en Córdoba nunca tomo cerveza y vengo a tomar acá… Pero tampoco es que me guste, no llegué a tomar ni un vaso, pero medio vaso para mí es mucha cerveza.
El Freezer Tour
Al día siguiente, sería el Domingo, los levantamos tempranito y nos fuimos de el hotel donde estábamos porque nos mudamos al hotel del centro. Bueno, tempranito habrá sido ocho y algo, pero de acá a que nos bañamos todos, y desayunamos, y cerramos las valijas se hicieron como las doce. Ahí fuimos al otro hotel y tuvimos que hacer el check in rápido para no perdernos el tour de arquitectura por el río. Casi lo perdemos, era el último de toda la temporada, ya lo cerraban porque se pone muy frío para andar por el río en la terraza de un bote, así que nos tomamos un taxi y lo pudimos hacer.
Acá les pongo algunas fotos de los edificios, saqué muchas pero bueno, convengamos que no es demasiado interesante como para poner, salvo para algunos. Duró algo así como dos horas, pero antes que terminara nos fuimos al piso de abajo, cerrado, bien calentito donde se podía comprar cosas, por supuesto. Me compré un chocolate caliente para tratar de descongelarme. Me dio el vaso de plástico destapado y una tapa, y cuando le quise poner la tapa con mis manos entorpecidas por el hielo de mis articulaciones le derramé todo el chocolate ahí en la barra. Por suerte el tipito se controló, no me puteó más allá de la cara y me preparó otro. Eso sí, me dijo que lo tapara en otro lado.
Conociendo Chicago
Todo el tiempo estuve pensando lo diferente que son Chicago y Oxford. Pero es obvio, es comparar una súper ciudad con un pueblito de 50,000 habitantes. Igual las diferencias se sentían todo el tiempo. Más allá de lo que es la ciudad, se notaba en la gente. No es que nos relacionáramos mucho con los Chicagoans, cosa que además no necesitábamos mucho porque para esta altura del domingo ya éramos 9, pero se notaba igual lo diferente que es la gente del sur de la del norte. Mientras que en el sur cuando vas a WalMart la gente te pide perdón si se te cruza dos metros adelante, en Chicago te pueden empujar mientras vas caminando y no pasa nada. Como en Buenos Aires, pero más limpio. Hablando de eso, todo estaba impecable. Fue impresionante la primer noche fuimos a un festival que hubo en una esquina muy grande, y la verdad no entendí muy bien de que se trataba. Era como la celebración del comienzo de las “mini vacaciones de acción de gracias”. La cuestión que todo Chicago fue más o menos, y cuando terminó estaba todo lleno de vasos, paquetes de papas fritas y otras porquerías. Ahí nosotros nos pusimos a caminar en búsqueda de nuestro destino (terminó siendo el Irish Pub) y ahí aparecieron unas máquinas como si fueran cosechadoras pero iban aspirando y limpiando las calles. Iban tres o cuatro al mismo tiempo, todas pegaditas para no dejar ni un vaso de plástico en las calles. Y en las veredas había todo un ejército de barredores limpiando todo, nada más que en vez de usar ramas de palmera, como en san Juan, usaban unas sopladoras y aspiradoras. Nada de limpiar al otro día. Todo ya, y que quede impecable.
Día 3
La hagamos fácil: Universidad de Chicago y Chinatown.
No todos conocen la Universidad de Chicago, pero muchos que sí lo hacen ponen una cara como de asco cuando la escuchan. Lo que pasa es que de esta prestigiosa universidad salieron en la década de los 90 economistas ultraliberales, entre ellos, nuestro querido Cavallo. Y saben qué? Yo estuve ahí! Caminé en los pasillos del Department of Economics!
La universidad es espectacular. Era todavía más grande que la mía (me refiero a la de Mississippi, ejem), y era simplemente hermosa. Habían edificios que supongo serán del siglo 18, y otros modernísimos. Los parques, los árboles con los colores del otoño… todo era espectacular.
Después que dimos un paseo nos fuimos al Chinatown de Chicago. Es realmente como si fuera una sucursal de China. Todos los negocios y carteles están en chino e inglés, y los negocios venden las cosas que ellos necesitan, la comida que ellos usan. Fuimos a un restaurant y probamos distintas comidas. No tengo idea de cómo se llaman.
Museos
Como les dije, no me acuerdo qué cosas hicimos cada día, pero en dos días distintos fuimos a tres museos diferentes. Uno fue chiquito, de fotografía que en realidad no me gustó mucho. Otro fue el de arte contemporáneo, que estuvo bueno pero nada en comparación con el Art Institute of Chicago, que yo no sabía pero parece que es uno de los más importantes del mundo. Nunca había ido a un museo así de importante, si es que se puede decir que alguna vez fui a un museo. Y pagando la tarifa de estudiantes, de 7 dólares pudimos ver cuadros que nunca imaginé que me iba a encontrar. Van Gogh, Gaguin, Monet, Dalí, Picasso… Si bien no soy un fanático de la pintura y me cansé a las dos horas de empezar, fue toda una experiencia ver todas esas obras de arte de las que uno escucha hablar y sólo ve en fotos o en la tele. Se sentía muy raro estar solo parado frente al autorretrato de Van Gogh, y más raro todavía pensar que ese pedazo de tela cuesta como 25 millones de dólares…
Terminando
Ya estoy un poco cansado de escribir, y ustedes estarán cansados de leer, pero bueno, se dieron una idea de lo que fue el viaje. Gran parte del resto del tiempo fue caminar y caminar por la ciudad, y por supuesto, ir a negocios. Fuimos por ejemplo al Apple Store, un edificio de dos pisos, con diseño minimalista como todos los productos Apple. Tenían todos pero todos los productos que ellos venden. Todos los iPods, todas las laptops, desktops, programas, teléfonos… buenísimo cuando uno puede comprar esas cosas.
Estoy muy contento de haber ido porque ahora tengo una imagen un poquito, sólo un poquito más real de Estados Unidos. Conocer Oxford, Mississippi, y decir que conozco la cultura americana es totalmente errado y hasta irrespetuoso. Ahora tengo un poquito del norte, con New York va a ser un poquito más, pero para decir que conozco Estados Unidos debería visitar la costa oeste, las montañas y el centro. Así que bueno, tendré que volver algún día!
La Próxima
El día de Acción de Gracias fue ayer Jueves, que fue el día que llegamos desde Memphis. Cotter nos invitó y fui con Yvette y Michael a su casa. Pero de eso les voy a contar en otro post porque ya es mucho. Aparte solamente el viaje de vuelta (en colectivo) desde Chicago a Memphis es una historia en sí misma…
Espero que les haya gustado, lo que sería conveniente dado que me llevó más de una hora hacer esta cuestión.
Los quiero
Manu